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Terceros molares en atletas

Autora: Bibi Torres

Pós-graduanda em Odontologia do Esporte - IOA Style


Los terceros molares, también conocidos como "muelas del juicio" o "cordales", erupcionan entre los 18 y 25 años (aunque pueden nunca hacerlo o erupcionar más tarde).



El proceso de erupción de los terceros molares coincide con la edad en que la mayoría de los atletas están en intensa actividad deportiva, lo que se traduce en una demanda fisiológica muy alta para el cuerpo, sobre todo para aquellos que se están iniciando profesionalmente en el alto rendimiento.


Es muy frecuente que se presenten pacientes en nuestros consultorios con aquel dolor insoportable de tercer molar retenido, y el problema se agrava cuando es justo antes de una competencia, por lo que se que genera la duda de extraer o no el cordal, ya que esto implicaría que el atleta no esté al 100% para su competencia.


Este problema es evitable si es que existe un seguimiento odontológico desde edades tempranas. El proceso de erupción de los terceros molares puede tener un desarrollo normal, pero es bastante frecuente es que estas piezas estén retenidas, incluidas, impactadas, así como también pueden presentar caries.


Prevención es importante que la atención odontológica sea lo más temprana posible, ya que hay atletas que inician su carrera muy temprano, incluso en edad infantil. Cuando tratamos a deportistas no podemos esperar que el problema se instale para buscar solucionarlo, siempre debemos tratar de prevenir.


En atletas la prevención es fundamental para disminuir el problema y poder realizar una planificación adecuada, lo que posibilitaría realizar la cirugía en el momento ideal donde no se interponga con las fechas de competencia. Para poder prevenir debemos realizar una buena historia clínica, anamnesis y exploración para sumar a los estudios radiográficos.


Algo totalmente imprescindible es la radiografía panorámica y en algunos casos hasta la tomografía de la zona, para visualizar mejor la situación de los terceros molares, la orientación de los mismos y el espacio disponible. Si tenemos la oportunidad de atender a atletas infantiles o adolescentes, o incluso a pacientes que no son atletas, pero podrían llegar a serlo, se debe tener en cuenta la relación de los gérmenes de estos molares, que va a condicionar la futura erupción, los mismos aparecen entre los 8 y 10 años.



Lo más recomendable es que el análisis del tercer molar se realice con una radiografía panorámica a una edad cercana a los 13 años, cuando ya se ha formado la corona y el tercio de la raíz para poder evaluar la inclinación del eje longitudinal del diente. Patología El proceso de erupción de los terceros molares, sobre todo los inferiores pueden provocar un proceso inflamatorio agudo, dolores en la zona que puede irradiar hacia el oído, disfagia, trismo, fiebre, dolores en la región del cuello, en ocasiones hay tumefacción en la región del ángulo de la mandíbula, entre otras consecuencias y normalmente acompañadas de mala higiene, lo que empeoraría la inflamación.


El sistema inmunológico se ve bastante comprometido, pudiendo incluso afectar a músculos y tendones, causando lesiones como tendinitis, capsulitis, roturas fibrilares entre otras, sobre todo en la etapa crónica de la inflamación de los cordales. Este proceso inflamatorio muchas veces viene acompañado de aliento fétido, pus e inclusive puede estar asociado a amigdalitis y otras patologías.


Es de suma importancia tener en cuenta de que estas patologías causan mayor fragilidad en el hueso y hay riesgo de fractura maxilar sobre todo a nivel del ángulo mandibular (goniaco), por la implantación del cordal en esa zona, resultando sumamente peligroso para atletas que estén expuestos a sufrir choques traumáticos por la naturaleza de sus modalidades deportivas.


Otro factor a tener en cuenta es la presión que ejercen los cordales sobre los demás dientes de la arcada, dando lugar a apiñamientos y provocando una mala oclusión por contactos prematuros, causando no solo problemas ortodónticos sino también problemas en el estado general del atleta, causando un desequilibrio en la postura y una sobre carga muscular, pudiendo ocasionar lesiones musculares y alteraciones en la fisiología del atleta Tratamiento El tratamiento en pacientes atletas es diferenciado, debido a la demanda física y psicológica que surgen de la práctica de deporte a niveles extremos.


Hay dos formas de abordar el tratamiento:

- Extracción de dientes retenidos ya en la etapa de erupción (18 a 25 años)

- Germenectomía del tercer molar (antes de la erupción).


Es importante volver a resaltar que lo primero y más importante que se debe hacer es prevenir y planificar el momento de la extracción, siendo recomendada la germenectomía para evitar problemas posteriores, teniendo en cuenta de que muchos atletas ya están en competencia desde temprana edad.


La germenectomía es menos invasiva y menos traumática que la extracción de un cordal en proceso de erupción completamente desarrollado, por lo que además con la intervención evitaríamos algunos riesgos. Inclusive, la podemos programar antes de la instalación del proceso inflamatorio. Los cordales incluidos necesitan de tratamientos invasivos como levantamiento de colgajo, eliminación de hueso, odontosección, lo que hace que los deportistas expuestos a mucho contacto (artes marciales, rugby, handball, etc.) corran riesgo a una fractura de la mandíbula posterior a la cirugía quedando así fuera de competencia de 3 a 4 meses.


Es por eso que se recomienda la extracción del tercer molar al terminar la temporada de competencia, en vacaciones o en un periodo de tiempo en el que el atleta tenga fechas libres, esta decisión debe tomarse en el grupo multidisciplinario para evitar así interferencias con el programa de preparación del atleta.

Hay que tener en cuenta que existe el riesgo de fractura durante la cicatrización, por lo que se debe respetar el tiempo de reposo que indique el odontólogo, el cual puede variar entre una semana e incluso tres meses, dependiendo de la gravedad de la intervención quirúrgica. En el caso de que ocurra una inflamación aguda, una terapia analgésica antiinflamatoria y/o antibiótica puede ser la solución momentánea para ganar tiempo hasta poder programar la cirugía.



Esto debe hacerse sin olvidar las reglas de dopaje y tomando todas las medidas pertinentes al caso.


Recomendaciones a atletas para prevenir problemas con terceros molares:


1. Acudir al odontólogo por lo menos dos veces al año, realizar limpieza de los dientes y asegurarse de tener los exámenes radiográficos necesarios para detectar molares retenidos o mal posicionados.


2. Si existe la probabilidad de un tercer molar retenido, conversar con el odontólogo sobre la necesidad de extracción en fechas libres que no interfiera en el calendario deportivo. En caso de ser atleta de alto rendimiento el permiso para la cirugía debe ser multidisciplinario, con médicos, nutricionista, fisioterapeuta, entrenador y en caso de ser menor de edad contar con la autorización del responsable.


3. Asegúrese de recibir una atención dental adecuada y personalizada, antes de que sean gravemente afectados. Lo mejor es causar el menor daño posible.


4. Tener una buena dieta, gran parte de las enfermedades dentales en niños y adultos son causadas por dietas pobres o insuficientes. Es recomendable consultar con un nutricionista deportivo para una mejor orientación


5. No retrasar ni evitar la cirugía, ya que se puede programar que la misma no intervenga en fechas de competición, pero no se puede prevenir un diente impactado una vez que se alcanza la edad adulta.



 

Bibliografía


Livro: Cirurgia Bucal, de G.A. Ríes Centeno

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